Selenita

 

                                                          Selenita

Su nombre en griego es seln "luna", y es llamada así por una vieja leyenda europea de que los cristales se forman durante la luna creciente. También se le puso el nombre de Selenita en honor a la diosa Selene, diosa lunar hija de los Titanes Hiperión y Tea, en la mitología romana se la llamó diosa luna.  

Cuentan las historias antiguas, que magos y alquimistas, viendo peligrar su sabiduría y conocimientos por la ignorancia de las personas de la época, decidieron guardar todo este saber dentro de los cristales de Selenita, hasta que llegara el tiempo en que los seres humanos estuvieran preparados para sintonizar con ella y adquirir ese saber. 

Los cristales de Selenita están formados por largas líneas que canalizan una energía de alta frecuencia y está considerada como una piedra de luz líquida.

Los maestros de Feng Shui recomiendan poner una lámpara de Selenita en casa ya que al calentarse con la bombilla, ayuda a reducir la contaminación existente en el aire y emite iones negativos que son buenos para nosotros ya que nos proporcionan paz y tranquilidad.

Llevar una Selenita con nosotros o tener una en casa nos proporciona claridad mental. Es perfecta para utilizar en meditación ya que nos ayuda a evolucionar y a crecer espiritualmente. También nos conecta con nuestros guías, con los ángeles y en especial con nuestro guía interior. En forma de vara, huevo, o prisma, nos ayuda a limpiar el aura y a disolver bloqueos energéticos en nuestro cuerpo y en nuestro entorno. 

Como otras piedras lunares, la Selenita nos ayuda a recordar sueños, y nos permite acceder mediante los registros akhásicos, a nuestras vidas pasadas y futuras. Nos potencia poderes psíquicos como la telepatía y nos ayuda a abrir el chakra coronario ayudándonos a desarrollar nuestra espiritualidad. Es un cristal especialmente indicado para hacer meditación. 

Tener una Selenita en casa nos aporta protección ya que es portadora de luz. 

Es una piedra femenina. A nivel físico nos ayuda a combatir la angustia, la ansiedad, la tristeza, la melancolía. Nos relaja, nos ayuda en casos de epilepsia, de dolor menstrual, de mala digestión y ayuda a eliminar los radicales libres que son los que nos provocan el envejecimiento celular.  

Más información en: The Sacred Wolf Barcelona