Las Piedras Mani

En uno de mis viajes por el Tíbet que hice en agosto del 2018, pude tener la ocasión de contemplar estos muros de piedra grabada y pintada denominados por los tibetanos como Piedras Mani o piedras de la joya.

Las Piedras Mani son una tradición dentro de la cultura del budismo tibetano. Las podemos encontrar a lo largo del Tíbet formando paredes espirituales o muros cerca de lugares sagrados como estupas, monasterios, caminos, senderos, lagos o grabadas en grandes rocas en montañas sagradas.

Aunque no se conoce bien cuándo se empezaron a grabar estas piedras, se cree que esta costumbre debió iniciarse allá por los siglos X u XI.  

Las Piedras Mani son talladas tanto por monjes como por las gentes que habitan estas regiones. Son un símbolo del valor de los pequeños actos bondadosos, pues estas personas consideran que tallar estas piedras acumula méritos ya que permite repartir bendiciones entre aquellos que las vean.

 "La caligrafía es la manifestación física de la arquitectura del alma" Platón

Según las creencias del budismo tántrico, hay un modo concreto de escritura (el sánscrito), que permite capturar dentro de sí misma los efectos de la recitación de los mantras grabados en estas piedras. A su vez se dice que tan solo con ver estos escritos es como si los leyeramos en voz alta con lo cual nos convertimos en emisores de ese sonido. 

Mayoritariamente se suele grabar en estas piedras el mantra sagrado "OM Mani Padme Hum", que está dedicado a Avalokiteshvara (Chenrezig), que es el Buda de la Compasión, el Señor que oye las voces del mundo, el Protector del Tíbet, el Gran Misericordioso y el Señor de las Seis Sílabas. 

Chenrezig significa la energía opuesta a la ira y al egoísmo, siendo en esencia Amor y Compasión. Se dice que tan sólo por el hecho de ver el mantra una vez en la vida se acumula una gran cantidad de karma positivo y que al tocarlo en la piedra el efecto aún es mucho mayor. 

La talla de estas piedras es un ritual en sí mimso, una forma de meditación. Se suelen utilizar colores muy vivos en la caligrafía, aunque no siempre.

 

Cuando se utilizan colores en su confección cada sílaba de este mantra se pinta de un color diferente, siendo su orden el blanco, verde, amarillo, azul celeste, rojo y azul marino. A veces se encuentran decoradas con banderas de oración. El mantra también puede ir dibujado dentro de una flor de loto, colocando una sílaba sagrada en cada uno de los seis pétalos.

Lo importante del mantra es la vibración de su sonido ya que nos ayuda a disolver los oscurecimientos del alma y a activar lo luminoso de nuestra mente. 

El mantra OM Mani Pedme Hum significa "La joya en el loto", y esto a su vez representa el aprendizaje que deben seguir los budistas a través de la meditación y del rezo ya que el loto nace en el cieno del fondo del agua y florece en la superficie en busca de luz. El arraigo al lodo simboliza el apego a lo material y el camino que recorre desde el barro hacia el agua representa el viaje del alma para alcanzar la iluminación. 

Joya y loto pueden identificarse como "las enseñanzas budistas, el dharma" y el "Buda histórico" respectivamente. 

Se dice que la repetición de este mantra sagrado ayuda en la perfección de las Seis Paramitas ya que cada sonido silábico encierra un significado profundo cuya pronunciación en conjunto tiene un poder concreto. 

Estas seis Paramitas son por este orden: 

La perfección de la Generosidad 

La perfección de la Ética

La perfección de la Paciencia

La perfección de la Perseverancia

La perfección de la Concentración 

La perfección de la Sabiduría

A continuación os expongo las enseñanzas de dos grandes lamas que nos dicen como se trabajan estas perfecciones mediante la recitación de las Seis Sílabas sagradas de este mantra.  

El lama Dilgo Khyentse Rimpoché en su libro "Tesoro del corazón de los iluminados" nos dice: 

Om: tiene la bendición de ayudarte a alcanzar la perfección en la práctica de la Generosidad. 

Ma: ayuda a mejorar el ejercicio de la ética pura. 

Ni: auxilia en el hábito de la tolerancia y la paciencia. 

Pe: persigue la perseveracia. 

Me: ayuda a conseguir la perfección en la concentración. 

Hum: la sexta y última sílaba, fomenta la culminación en la práctica de la sabiduría. 

Según el lama Patrul Rimpoché, recitar cada una de estas sílabas te ayuda en el dominio de las principales enseñanzas budistas. Así OM, es Generosidad, Ma, la ética pura, Ni, la Tolerancia y la Paciencia, Pad, la Perseverancia, Me, la Concentración y Hum la Sabiduría. 

Al igual que en las estupas, los muros Mani hay que rodearlos por la izquierda, en el sentido de las agujas del reloj para tener un buen karma. Se darán tres vueltas alrededor de los mismos mientras recitamos el mantra de Chenrezig. 

El karma es la Ley de Causa y Efecto, la forma en la que nuestros propios actos nos repercuten con el tiempo.

Realicé este viaje en agosto del 2018 y desde aquí quiero agradecer a mi maestro, el Venerable Lama Jamyang Tashi Dorje Rimpoché, su enorme generosidad gracias a la cual pude hacer este viaje espiritual en la vía del dharma.

Deseo de todo corazón que este escrito sea lo más beneficioso posible para todos vosotros.