San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha; se nuestro amparo contra la perversidad y las acechanzas del demonio.
Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica.
Y tú, Príncipe de la milicia celestial, con la fuerza que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas.
Más información en: The Sacred Wolf Barcelona
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